Si hay algo que los barceloneses aman tanto como la paella y el cava, son los calçots. Estas cebollas tiernas, dulces y alargadas son una verdadera delicia que se pueden encontrar en cualquier parte de la ciudad. Además, su temporada coincide con el invierno y principios de primavera, lo que las convierte en un manjar perfecto para disfrutar en días fríos.
Pero, ¿cómo se preparan los calçots? A continuación, te mostramos la receta definitiva para hacerlos en casa. Y para que la experiencia sea completa, también te enseñaremos a hacer salsa romesco, un condimento tradicional que no puede faltar en cualquier mesa de calcotada.
Antes de empezar con la receta, es interesante conocer un poco más sobre la historia de los calcots en Barcelona. Los calcots son una variedad de cebolla dulce que se cultivaba en la comarca del Alt Camp, en la provincia de Tarragona. Fue en los años 60 cuando un agricultor llamado Xat de Benaiges tuvo la idea de asarlos en una hoguera para que la capa exterior quedara quemada y la parte interna se cocinara al vapor.
La idea tuvo tanto éxito que se convirtió en una tradición en la comarca y se extendió por toda Cataluña. Hoy en día, los calcots son un plato típico de la cocina catalana y su temporada de degustación es un verdadero acontecimiento social que reúne a amigos y familiares alrededor de la mesa.
Ahora que sabes cómo hacer los calçots y la salsa romesco, solo te queda disfrutar de una auténtica calçotada.
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