Viajar y conocer comida o incluso probar nuevas experiencias culinarias en el lugar de residencia tiene que ser siempre un plan, pero no basta con ello, también es fundamental conocer qué vamos a degustar y si tiene una historia qué contar.
Calçot. Al escuchar esta palabra quizás no todos pueden asociarla a que es una cebolla que se ha convertido en toda una tradición en la gastronomía catalana. Lo que la hace un poco diferente es que la cultivan de una manera particular para que pueda alargarse y tener la forma estirada que la caracteriza. Se le denominan calcot de Valls.
Prepararlos también es de una forma muy peculiar, pues se asan con llama de sarmientos para posteriormente envolverlos en papel periódico hasta que finalmente lleguen a la mesa para quien desee consumirlos, servidos en una teja y acompañados de una salsera.
La temporada de los calçots va desde el mes de noviembre hasta finales de abril, de manera general, pero su momento más importante es cuando llega la Fiesta de la Calcotada, la cual se lleva a cabo el último domingo de enero y se celebra en Valls, zona que comprende las comarcas de Baix Camp, Tarragonés, Baix Penedés y Alt Camp.
Xat de Benaiges. Ese es el nombre del agricultor que dio origen, según la tradición, al calçot como un manjar consumible. Esta historia data del finales del siglo XIX, cuando decidió quemar cebollas viejas y posteriormente pelarlas y probarlas. Fue así como se dio cuenta que tenía un sabor que podía gustarle a muchas personas.
En Hungría, incluso, se ha llegado a comentar que se han encontrado mosaicos de la época romana con personas comiendo un alimento que se parece mucho al calçot, de hecho, haciéndolo de la misma forma en la que es habitual consumirlo.
Se han popularizado tanto que en zonas de España fuera de Barcelona, el calçot también ha llegado a restaurantes y locales de comida.
Su nombre "calçot" se debe a que a medida que va creciendo, después de cultivarla, la planta se debe ir "calzando". Esto quiere decir que debe agregarse tierra para rodearla y que se vaya estirando. Según la reglamentación europea de Indicación Geográfica Protegida (IGP), el tamaño a lo largo debe ser entre 15 y 15 centímetros par poder cosecharla.
Famosos, como artistas o deportistas, suelen hacer público sus gustos culinarios. Una de ellas y que no dudó en su momento a la hora de publicar una foto comiendo calçots fue Úrsula Corberó, actriz que brilló en la serie española La Casa de Papel.
En la Fiesta de la Calcotada se hacen diferentes actividades y unas de las que llama más la atención son el Concurso de los Cultivadores y el Concurso de Salsa de Calcotada de Valls. En esta última se hacen demostraciones de cómo se prepara la salsa típica para quienes se atrevan también puedan hacerlo en su casa.
Y ¿cómo es la preparación completa de los calçots si quiere hacerlo en casa?, pues de manera resumida, hay que calentar el horno a 200º. Habrá que poner los calcots en una bandeja y cubrirlos con papel de aluminio y dejarlos cocinar entre 20 y 30 minutos. Pasado el tiempo, se retiran y se dejan reposar un tiempo aproximado de 10 minutos.
Solo se come la parte interior de la hortaliza de manera que para pelarla, debe cogerse la base de ella con una mano y con la otra las hojas verdes, de manera que pueda sacarse la parta más tierna y que pueda consumirse.
A mano. Sí, a mano, esa es la forma para comerlos posteriormente y así conocer el dulce y exquisito sabor de este manjar tradicional de cataluña. Las personas que pesean por las calles en la época de la Fiesta de la Calcotada y ven a otras chupándose los dedos, no deben tener dudas que es porque acaban de comerse un calçot.
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